Un director general de una empresa no debe estar supeditado a las indicaciones de su director económico-financiero —responsable del departamento staff que suele acumular más poder de entre todos los directivos—. En esa denominación, económico-financiero, se esconden diferentes realidades y significados que es muy conveniente esclarecer.
Estas reflexiones van dirigidas a cualquier persona que no provenga del área de Contabilidad y Finanzas y se apoya en el sentido común. Los demás (contables y financieros) absténgase, por favor, porque estas reflexiones son demasiado elementales para un experto.
Vamos a ir paso a paso para descubrir su verdadero significado:
1. El contable
En la base de todo se sitúa lo que llamamos la Contabilidad General o la Contabilidad Financiera. La labor del contable consiste en anotar, ordenar y valorar cada una de las operaciones que se realizan en el desarrollo de la actividad de la empresa que tengan un impacto económico. El resultado final se presenta de forma sintética, referido a una fecha concreta, de acuerdo a unas normas de general aplicación denominadas Principios Contables. Para realizar su labor, utiliza una “jerga técnica” que impide a los demás una fácil comprensión.
El principal objetivo de la contabilidad es obtener un fiel reflejo de la situación patrimonial de la empresa. Describe la situación a fecha fija y la evolución sufrida en un periodo determinado. Sus informes más relevantes son el Balance, el Flujo de Fondos y la Cuenta de Resultados. Cualquier directivo o emprendedor no tiene por qué saber cómo se construye esta información, que es tarea de los contables, sino entender bien su significado y utilizarlo para desarrollar la estrategia de futuro de la empresa.
Es curioso que los profesores que enseñan contabilidad insisten en demostrar lo fáciles que son de entender los términos contables, en vez de dedicarse a explicar cómo utilizar la información que facilitan los contables, con el objetivo de tomar las decisiones adecuadas a la estrategia de negocio. El resultado es muy sencillo: los no contables desconectan de esa jerga porque no logran entenderla y se mantienen al margen (que, en ocasiones, parece ser la situación ideal para los contables), ya que nadie se atreve a poner en tela de juicio sus opiniones.
Recomendación al mirar un Balance:
Hay que centrarse en la información más importante que facilita: conocer la situación patrimonial de la empresa. Para ello, cuando el contable presente el Balance, no hay que despistarse intentando comprender todos los números y hacer en primer lugar un simple cálculo:
Al importe total del Activo (asegurando que refleje un valor real), hay que restarle el importe total de las deudas de todo tipo. El resultado es el Patrimonio Neto real de la empresa. Si no te caes del susto, puedes seguir investigando más cosas interesantes; al menos sabrás de entrada si tienes una empresa viva.
El Flujo de Fondos nos permite comparar los Balances en dos fechas consecutivas y analizar la evolución de sus principales cuentas.
Recomendación al mirar la Cuenta de Resultados:
Es interesante fijarse en los resultados antes de saber cómo estás financiado, es decir, antes de aplicar los intereses de la deuda y las amortizaciones, que es el famoso EBITDA. Después, hay que mirar el resultado final que se obtiene antes de repartir dividendos.
Debes tener en cuenta que la amortización disminuye el valor de los bienes, pero no supone salida de dinero, por lo que es necesario que a los resultados finales que ofrece la Cuenta de Resultados le sumes la amortización para calcular el Cash Flow o dinero que tienes disponible en caja.
2. El económico, también llamado “controller”
Entramos de lleno en la llamada Contabilidad de Costes, que presenta en detalle una información importante; dónde se producen los gastos y los ingresos que figuran en la Contabilidad Financiera. Su principal función consiste en ayudar a los departamentos a elaborar su presupuesto de gastos y, en su caso, los de ingresos.
A partir de ahí, elaborar unas previsiones de gastos e ingresos, unos resultados previsionales y un proceso de gestión que permita controlarlos a lo largo del ejercicio. Es un elemento importante de gestión y control que permite adoptar medidas de corrección en caso de desviaciones, y tomar con rapidez las decisiones más oportunas. Facilita una información básica para calcular los precios de venta de los productos o servicios que ofrece la empresa y asegurar el margen de rentabilidad necesario. Al mismo tiempo, es muy útil para conseguir el autocontrol y compromiso de cada responsable sobre el funcionamiento de su área de actividad.
El problema fundamental está en conseguir una previsión que sea realista y realizar una supervisión y control que sea eficaz y eficiente a lo largo del ejercicio, sin poner a nadie en evidencia antes de tiempo.
Recomendación para el controller:
Debe ser una persona con las ideas muy claras de cuál es su función, con grandes dosis de humildad y persuasión, con capacidad de interpretar los números y estar dispuesto siempre a ayudar antes que acusar. Un excesivo poder del controller suele ser nefasto para crear un buen clima de entendimiento y trabajo dentro del equipo directivo. Se requiere firmeza, mano izquierda y persuasión, a partes iguales.
3. El financiero
En el ámbito financiero se descubre una función complementaria pero distinta a las anteriores, que no suele ser bien interpretada. Hay que evitar algo que sucede con demasiada frecuencia: reducirla casi exclusivamente a la búsqueda imperiosa de dinero para pagar cada mes las nóminas de los empleados y atender a los proveedores y a los bancos. Es verdad que es uno de los aspectos importantes de su función y que debe cuidar con atención, pero no es su única función.
¿A qué debe dedicarse un financiero además de cubrir en el corto plazo las necesidades financieras?
A elaborar propuestas razonadas y razonables de cómo incrementar la rentabilidad de los fondos propios a medio plazo; proponer un nivel de endeudamiento razonable, mientras la rentabilidad sobre el activo se mantenga por encima de los intereses de la deuda; informar del impacto de la rotación en los resultados; proponer una política razonable de amortización y de reparto de dividendos, mirando el largo plazo y de acuerdo con la estrategia de negocio.
Es decir, debe servir de soporte eficaz al empresario, con propuestas que consoliden la rentabilidad y el crecimiento de la empresa a largo plazo, de acuerdo con las previsiones aprobadas por el Consejo de Administración.
Recomendaciones para el financiero:
Además de ser consciente de la función que debe desempeñar, tiene que reunir las dotes de un buen negociador, que deberá aplicar con los bancos y proveedores para hacer frente a sus exigencias.
Además de conocimientos técnicos, debe acreditar la preparación y experiencia suficiente para entender la visión global de la empresa y ayudar de manera activa en la elaboración de una política financiera que consolide la rentabilidad del Patrimonio Neto y sea un buen soporte a la estrategia del negocio.
Nota final: hemos pretendido, en una primera aproximación, explicar con sencillez y con sentido común la función básica que desarrolla el área económica y financiera de la empresa… Es solo una pincelada de todo lo que aprenderás en nuestra Especialización en Contabilidad y Finanzas para no Financieros.
¿Qué es neddux?
Autor
Sandalio Gómez, Profesor Emérito del IESE Business School.
