¿Cómo se recupera el modelo educativo del shock que ha sufrido?
La vida transcurría plácidamente, cada uno en su casilla desarrollando el enfoque de siempre con los retoques propios de la aplicación de las nuevas tecnologías, cuando una tormenta inesperada fulmina temporalmente la formación presencial, que nunca desaparecerá por su propia esencia, y pone a temblar una formación online que ha quedado desfasada desde hace años, por la incapacidad de responder a las exigencias de unas nuevas generaciones que necesitan algo nuevo y disruptivo.
¿En la formación también? Sí, en la formación también y en la formación online de manera especial.
¿Cuáles son los errores más evidentes que se cometen en el modelo de enseñanza online,especialmente en la modalidad de postgradoque utiliza el método del caso de las escuelas de negocio? |
Primer error: Les falta personalidad propia.
No ha sido capaz de crear su propio modelo. Se han limitado a trasladar la formación presencial a un modelo online, cuando son medios totalmente distintos. Un profesor en una clase presencial puede estar una hora hablando y ser brillante, en online resulta imposible. No ha habido creatividad para diseñar un modelo de calidad adaptado al medio. La experiencia nos dicta, que no se ha conseguido, hasta el momento, dar forma propia al esquema conceptual en el que se apoya la metodología del caso, dentro de la formación online.
Segundo error: No resulta atractiva, aburre.
Ofrecen demasiada documentación escrita para su estudio, en vez de esforzarse en conseguir una síntesis del conocimiento y transmitirlo adaptado al medio, de tal modo que facilite y haga atractivo el aprendizaje, dentro del rigor académico. La razón es evidente: exige contar con profesores de gran experiencia docente, que dediquen todo su esfuerzo en hacerlo posible, y ambas cosas no está al alcance de cualquiera. Los casos de estudio son los mismos que se utilizan en el modelo presencial, sin una mínima adaptación al medio. Las clases que se ofrecen con el objetivo de reproducir teóricamente el método del caso en un aula virtual, resultan artificiales, presentan muchas dificultades de conexión, de participación activa de los alumnos, disponen de un tiempo limitado que no permite avanzar con soltura el diálogo con la mayoría de los alumnos, ni avanzar en la aplicación del conocimiento a la realidad con eficiencia. El resultado es que no se consigue el objetivo buscado, lo que produce un desencanto generalizado en los alumnos.
Tercer error: Falta un esquema conceptual propio.
No se ha logrado incorporar al sistema la metodología del caso, porque se desconocen sus objetivos y la forma de traducirlos al modelo online. El método del caso pretende desarrollar en cada alumno su capacidad de análisis, de diagnóstico y de acción, en base a un esquema conceptual que le va a servir para afrontar cualquier problema que se le plantee en su vida. Su principal enseñanza no es transmitir conocimientos científicos, que también, sino aplicarlos a la acción, a la resolución de los problemas, es decir, desarrollar los conocimientos prudenciales. Transmisión de conocimientos adaptados al medio y aplicarlos en la resolución de una situación concreta, es su verdadero objetivo. Con una clave especial que se olvida con frecuencia: no hay una solución, hay soluciones, alternativas con sus pros y sus contras y hay que optar por una de ellas de manera razonada. Es necesario recordar que el objetivo del método del caso es aprender a pensar y a razonar, no a dar con “la solución”. Se comete el error de perder de vista que el método online es fundamentalmente un proceso de autoaprendizaje, que hay que seguir fielmente, sin “ausencias” como sucede en una clase presencial, en que sólo sacan partido de la metodología activa los que estudian y participan. Se echa en falta la capacidad de aplicar el modelo conceptual de la metodología del caso en el proceso de autoformación online, con el rigor académico necesario. Es uno de los errores más importantes de este tipo de formación.
Cuarto error: La rigidez del sistema.
El sistema no permite empezar la formación cuando mejor le viene al alumno; debe esperar a las fechas de las famosas “ventanas”, que se abren a lo largo del año y que tampoco ofrecen la garantía de empezar en esas fechas, debido a que se condiciona a que se cuente con el número necesario para formar una promoción.
Es necesario seguir un horario semanal muy estricto y poco flexible, con unas franjas horarias de contacto con los profesores, con sus ayudantes y con el resto de participantes, poco accesibles y difícil de reservar en muchos casos. Si se pierde el ritmo semanal o no se entrega las tareas asignadas, el alumno queda descolgado, lo que produce altas tasas de abandono, sin derecho a devolución del importe de la matrícula ya abonada al inicio del curso.
Quinto error. Una estrategia comercial dirigida al corto plazo.
El objetivo es construir una red de contactos, que te permitan echar las redes y captar el mayor número posible de alumnos para la siguiente promoción. La estrategia de captación debe ser muy agresiva, no tanto por ofrecer un producto formativo de nivel, sino casi exclusivamente a competir por precio, ya que la oferta es muy grande, los players son casi infinitos. Se ofrecen todas las facilidades posibles para atraer a los alumnos y se entra en una guerra en que todos pierden, incluido el alumno que no recibe ni el nivel ni la atención adecuada.
Sexto error. La pérdida de calidad académica.
El nivel académico de los profesores y la dedicación enorme que requieren, no se cotiza de forma adecuada y la calidad se desangra con medianías, que no cumplen los requisitos académicos que tendrían que estar garantizados en un programa serio de formación. La tensión de los costes, debido a la política de precios tan agresiva, se refleja de manera especial en el nivel académico y la dedicación real de los profesores. En el momento que el departamento de marketing impone su ley y adquiere mayor peso que el académico, se inicia un camino sin retorno, no importa tanto el producto y la innovación, sino captar el mayor número posible de alumnos al precio que permita el mercado.
Séptimo error: Pocas barreras de entrada.
Exigencia académica: El mercado no exige asegurar el nivel académico del claustro de los profesores, ni la calidad del programa que se ofrece. En consecuencia, la principal barrera, que es el acceso a un claustro de profesores de nivel, desaparece. Se sustituye con profesionales que no proceden del mundo de la docencia, y dedican sus tiempos libres a esa labor. Financiación: La matrícula se paga por adelantado (en la mayoría de los casos), sin garantías adecuadas en caso de abandono. La única barrera que existe es el acceso a una buena red de contactos y el diseño de una agresiva campaña de marketing, que se resuelve con capacidad de inversión en marketing digital. Importa mucho más la imagen que el contenido real de la formación que se ofrece, lo que resulta imperdonable en una tarea formativa.
La realidad actual de la formación a distancia exige superar estos errores y ofrecer creatividad y no seguimiento, excelencia académica y no vulgaridad, capacidad de adaptarse a las circunstancias de los alumnos y no al revés y nuevos modelos audiovisuales que hagan atractiva la formación.
En resumen: flexibilidad y adaptación a las necesidades de los alumnos, por un lado, y por otro, exigencia académica en un marco atractivo, que se preocupe de verdad por ofrecer al alumno una formación de calidad propia del medio online.
¿Qué es neddux?
Autor
Sandalio Gómez, Profesor Emérito del IESE Business School.